Moonassi: ilustraciones del alma en tinta negra

En cada una de sus piezas, el artista coreano Moonassi construye mundos silenciosos donde lo emocional y lo espiritual se entrelazan. Usando tinta tradicional sobre papel hanji, sus obras juegan con el claroscuro, las siluetas humanas y una estética minimalista profundamente introspectiva.

El arte como introspección visual

Las ilustraciones de Moonassi combinan fondos intensamente negros con líneas cruzadas delicadas que delinean rostros, brazos y manos con precisión casi meditativa. Este estilo le permite crear escenas surrealistas donde los personajes se encuentran entre ellos, con su sombra o con una versión alterna de sí mismos.

El artista utiliza meok, una tinta coreana tradicional hecha al moler una barra sobre piedra con agua. Este proceso artesanal no solo da como resultado un negro profundo y denso, sino que también representa una práctica lenta, casi ritual. Moonassi lo llama “ilustración mental”, ya que su intención no es representar lo visible, sino lo que se siente internamente: vínculos emocionales, tensiones psicológicas y momentos de autoconexión.

Dualidades, reflejos y espejos internos

Obras recientes como Same difference exploran los contrastes entre opacidad y transparencia, peso y ligereza, unidad e individualidad. En sus composiciones, los cuerpos parecen compartir una energía común: no se sabe si son dos personas, una sola mente fragmentada o sueños que se tocan.

En Meme (2024), por ejemplo, una figura agachada sostiene en sus manos a una figura idéntica, mucho más pequeña, que repite el mismo gesto. Esta secuencia infinita se vuelve aún más inquietante cuando notamos que todo está enmarcado por unas manos enormes, como si se tratara de una versión cósmica de una muñeca rusa. Es un juego visual que nos hace cuestionar nuestra percepción de escala, presencia y espiritualidad.

Moonassi convierte la tinta en una herramienta de contemplación, donde lo simple adquiere profundidad y lo introspectivo se vuelve visible. Su obra es un portal a mundos que, aunque inventados, nos resultan íntimos y reales.