Con la luz inevitablemente llega la oscuridad, un dualismo que el artista barcelonés Connor Addison encuentra infinitamente fascinante. “A menudo olvidamos abrazar la sombra porque se presume poco amorosa o invisible”, dice.

Addison explora lo que encuentra “en el espacio entre nuestra alegría, pasión, pensamiento consciente y nuestro miedo… lo que yace en las sombras de nuestra mente”. Suele comenzar una pintura con una pregunta o pensamiento que se convierte en una alegoría. Por ejemplo, “Brothers II” surgió de las siguientes preguntas: “¿Qué es una relación fraternal? ¿Cómo funcionan el juego y la manipulación entre hermanos?”

“La visualización puede ser tan espontánea”, añade. “Toda la pintura surge mientras me cepillo los dientes, por ejemplo”.

Trabajando en paletas de tonos tierra apagados, Addison representa figuras cubistas con carne puntiaguda y extremidades geométricas. El despojar a las figuras de ropa y características faciales distintivas apela a sentimientos y emociones universales, como el amor incondicional, la angustia y la curiosidad. Añade: