Si alguien le hubiera dicho alguna vez a Can Sun que no juegue con la comida, es bueno que no haya escuchado. El artista chino talla meticulosamente manzanas rojas en secciones transversales geométricas y cadenas entrelazadas, a veces añadiendo adornos como bisagras de latón. Las delicadas rodajas se ensamblan como un rompecabezas para formar círculos, o la piel se retira cuidadosamente para revelar formas entrelazadas similares a cuerdas, como si la manzana estuviera atrapada en una red.