Debido a la pasión por la fotografía y la meditación del fotógrafo, Neil Seligman, empezó a buscar una manera más profunda de capturar la esencia de las personas, cosa que no sentía que lograba con los retratos típicos.

Le llama a sus obras “retratos del alma” porque tiene una pasión por capturar la esencia de sus sujetos, no tanto que haya descubierto cómo fotografiar el alma.