Radicada en Milán, la fotógrafa, Sofía Masini, reta la idea de la belleza y la identidad con su nueva serie de autorretratos. Muestra una representación surreal de su propio cuerpo, con frecuencia desnuda y hecha bola en cuartos vacíos.

Sin cara e inanimada, la figura es distorsionada, revelando extraños ángulos del cuerpo, los cuales consiguen un mayor misterio y anonimato.

Gracias a su proceso fotográfico casi meditativo, la artista encuentra un espacio seguro en donde expresar sus sentimientos y emociones.